Leo en la web de La Provincia el siguiente titular: Canarias pierde 500 millones por derrotas judiciales .
Ya uno viene con la sangre encendida por temas similares y encima se quiere pegar fuego, pues abro la noticia a ver que comentan. Nada que no sepa de antemano; que es muy fácil prender con pólvora ajena y que aquí no pasa nada.
Fastidia el tema porque es dinero mío y suyo el que se empecinan en tirar por la ladera estos sinvergüenzas porque no les duele. Cuando alguien les quita la razón, pues les resbala y tiran para adelante, ellos no corren riesgos.
Y más me cabreo al leer el subtítulo de la noticia "Una docena de pleitos contra el Ejecutivo y las dos capitales dinamitan las haciendas públicas isleñas".
Pues no. No son pleitos contra el Ejecutivo, porque si fueran así los pagarían los ejecutadores que están sentados en despachos pagados por 4 millones de parados y algunos más de currantes.
Mientras no haya un punto de inflexión en esta mala democracia que tenemos y los errores se paguen con patrimonio particular, aquí todo dios pone sobre la mesa el dinero de todos porque sabe que lo suyo está a salvo.
Antes que avanzar en el modelo de democracia que desearía ver antes de palmarla, me gustaría que alguien pusiera sobre la mesa avanzar en un modelo de responsabilidad. Yo sólo conozco un modelo de responsabilidad que para desgracia de mi tensión arterial me dejaron mis padres. La casa se empieza por los cimientos, y en un mundo donde se empieza a plantear el límite de la integridad moral, es que ya nadie se acuerda lo que significan esas cosas.
Otro argumento más que nos intenta convencer de que cualquier momento pasado fue mejor.
Cuando uno daba su palabra, no había papel escrito que la tumbara. Y cuando uno cometía un error, agachaba la cabeza y asumía las consecuencias. No parecen esos valores que prosperen hoy en día, pero sigo con la esperanza de que cualquier momento venidero será mejor, mientras, yo me bajo aquí.
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